Los jugadores del Necaxa le dimos la importancia debida a ese primer Mundial de Clubes. Nos concentramos desde diciembre de 1999 para trabajar mucho, hicimos pretemporada y recibimos el año 2000 en Río de Janeiro.
En aquel tiempo tomaba fuerza la publicidad con los jugadores y la marca deportiva Escort me pidió que portara un sombrero charro con su insignia. Lo mismo hicieron David Oliva, Chava Cabrera, Cristian Motecinos, Agustín Delgado, incluso Sergio Vázquez.
El sombrero debíamos portarlo al salir del hotel, entonces los brasileños se nos acercaban para tomarse fotos con nosotros, mientras entonaban canciones rancheras en "portuñol".
Resultaba estimulante saber que enfrentaríamos en nuestro primer partido al Manchester United de David Beckham, Dwight Yorke, Ryan Giggs y compañía. Fue curioso, porque mientras nosotros entrenábamos, los jugadores del Manchester se paseaban en el hotel, se veían muy confiados.
En el juego, José el Mudo Milián recibió un planchazo en el abdomen de Beckham, quien se fue expulsado. Pese a ello, aún se les veía muy confiados, pero Montecinos –al que le pintamos unos rayos en el cabello simulando el emblema del equipo– anotó el 1-0. Estuvimos a punto de ganar, pero Yorke nos empató casi al final.
Días después enfrentamos al Vasco da Gama de Romário, todo un crack. Era muy hábil y fue un privilegio jugar contra él; de hecho, nos anotó el gol con el que nos ganaron 2-1. Tengo fotos disputando la pelota contra él.
Pese a la derrota, terminamos en segundo lugar del Grupo B lo que nos permitió jugar ante el Real Madrid por el tercer lugar. Tras 90 minutos empatamos 1-1 (Goles de Raúl, por el Real Madrid, y Agustín Delgado, por Necaxa), pero en los penales los derrotamos en lo que fue un gran logro porque íbamos como víctimas potenciales.
En esos momentos, los equipos europeos veían a los mexicanos hacia abajo, pero nosotros éramos un plantel que conocía muy bien su sistema. Salvo el partido ante el Vasco, en los demás dimos actuaciones muy equilibradas y, sin sonar conformistas, quedamos satisfechos con lo que hicimos porque dimos todo en la cancha: eso nos lo reconoció la afición que fue a recibirnos al aeropuerto cuando regresamos a México.
Créditos
Fuente:
Revista Futbol Total. Edición 214; Relatos del Mundial de Clubes; página 56, texto: Guillermo Vite García, año 2016.